Si buscamos definiciones de lo que es la domótica, encontraremos muchas que nos hablan de seguridad, confort, ahorro energético, comunicaciones… Sin embargo, nunca se nos explica de un modo sencillo de qué forma se aplican esos conceptos en casa para mejorar nuestra calidad de vida.
Generalmente, cuando se pregunta por la domótica la primera imagen que les viene a la cabeza, es un electrodoméstico que se conecta a través de Internet o en las luces que se encienden al dar palmadas o que se apagan al decir unas “palabras mágicas”. Con menos suerte, pensará en uno de esos sillones de masaje que se ven en el hall de casi todas las ferias y congresos.
Pensar en la domótica recurriendo a esos tópicos o prototipos sería como si al pensar en un coche lo asociáramos al ‘tunning,’ al color amarillo y las ruedas chirriando. Pero la industria del automóvil ha conseguido que tengamos una buena imagen de la unión de coche + tecnología: ¿Te gusta conducir? Sin embargo, al sector de la domótica aún le queda camino por recorrer: ¿Te gusta estar en tu casa?
Esta entrada fue publicada originalmente por José Mª Vázquez en el blog de Tecnologías del Hábitat de Pisos.com el 21/05/09